Mentiras comunes en el ahorro en el hogar

Dada la importancia que ha ido adquiriendo el ahorro en el hogar actualmente, a consecuencia de la crisis económica por el Covid-19, queremos repasar aquellos mitos o mentiras que circulan sobre este tipo de ahorro.

Parece que ahora, más que nunca, nos ha quedado claro que ahorrar es realmente importante y que debería ser parte de la actitud financiera de cualquier usuario. Para poder conseguir esto, existen hoy en día cientos y cientos de consejos, recomendaciones, trucos… como queramos llamarlos. No obstante, entre ellos, circulan muchos que realmente no son ciertos, y que por tanto es necesario saber distinguirlos para no darles mayor importancia.

cómo lograr el ahorro en el hogar

Mentiras comunes en el ahorro en el hogar

Por ejemplo, en España está demostrado que el consumo de energía eléctrica es verdaderamente alto, por lo que podríamos comenzar a ahorrar reduciendo el uso del mismo. Aquí es donde entra una de las mentiras en las que suele caer la mayor parte de la población, y es que hay una falsa creencia de que se puede reducir el consumo de calefacción si no se apaga entre uso y uso, ya que cada vez que arrancamos la calefacción, generamos un mayor gasto.

Esta es una creencia errónea, especialmente ahora con los nuevos sistemas de calefacción que existen. Por lo tanto, aunque es verdad que al encender la calefacción si que se genera un pequeño pico de consumo para poder volver a funcionar, pero ni de lejos compensa tener la calefacción permanentemente encendida, mucho menos si no estamos en casa.

Además, también hay que tener en cuenta que el despilfarro de dinero real, viene del aumento de grados. Por cada grado que aumentamos la calefacción, nuestra factura mensual asciende automáticamente un 7%. Y es que, en general, el consumo responsable de la energía en nuestros hogares nos llegará a suponer un ahorro del 30% o incluso mayor a final de año.

Otra de las mentiras que circulan entorno al ahorro del hogar, es la de que al fregar a mano se consume mucha menos agua y energía que usando un lavavajillas. Realmente, aquí entra en juego la eficiencia del aparato que vayamos a usar. Hoy en día existen lavavajillas fabricados especialmente para reducir al máximo su consumo energético, por lo que su consumo no será igual que el de un viejo lavavajillas.

En este último caso, si que sea cierto que nos compensa más fregar a mano que usar un aparato desfasado que seguramente consuma el doble o el triple que uno actual. Si queremos hacer uso del lavavajillas, podemos, siempre y cuando este sea actual y eficiente, es decir, si podemos regular la temperatura del agua y reutilizar el calor del mismo para el secado de la vajilla. Con un buen lavavajillas, lograremos ahorrar de 20 a 30 litros de agua que estaríamos desperdiciando al fregar a mano.

La última de las mentiras que revisaremos sobre el ahorro del hogar, es la falsa creencia de que dejar los aparatos electrónicos en standby no consume energía. Mediante diversos  estudios, se demostró que el consumo de los aparatos que se mantienen en modo espera supone un aumento en nuestras facturas de entre un 2 y un 5% anualmente. Por ello, si no estamos usando nuestro ordenador, móvil o cualquier aparato electrónico que consuma energía, es mejor apagarlo o desconectarlo de la red.

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