Comprar o alquilar: análisis financiero real para 2025 que tiene en cuenta inflación, tipos y horizonte

Hace un rato estabas pensando qué hacer con tu vida habitual: seguir pagando alquiler, mudarte, comprar piso… En este momento, con la inflación todavía activa, los tipos de interés bajando y los precios de la vivienda fluctuando, la decisión entre comprar o alquilar se vuelve más compleja de lo que parecía. Pero también más concreta: si lo haces con los datos adecuados y un horizonte realista, puedes acertar. Hoy te cuento cómo mirarlo, qué números revisar y qué errores evitar.

Factores clave que debes mirar antes de decidir

Para empezar, no sirve de nada pensar en “comprar es mejor” o “alquilar es peor” sin ver los condicionantes reales. Así que pon el foco en estos tres elementos que están más vivos que nunca en 2025.

Primero, los tipos de interés de las hipotecas. En 2025 el entorno es más favorable que hace un par de años. Los tipos fijos medios están en torno al 2,5 % o menos en algunos casos, lo que hace que comprar con financiación sea más asequible que cuando los tipos estaban disparados.
Segundo, la inflación y el valor del dinero en el tiempo. Alquileres al alza y una subida del precio de la vivienda que no se ha detenido. Por ejemplo, se prevé que los precios de vivienda en España puedan subir hasta un 8 % durante 2025. Eso significa que comprar algo hoy puede implicar que ese activo se revalorice, lo que hace que la opción de comprar gane peso frente al alquiler.
Tercero, el horizonte temporal de tu vida: cuantos más años planees vivir en esa vivienda, más probabilidades tienes de que comprar salga rentable frente a alquilar. Si solo vas a permanecer unos pocos años, alquilar puede dar más flexibilidad y menos riesgo.

Con estos tres ingredientes, ya puedes empezar a ver la fotografía real de tu situación. Pero ojo: no todos los mercados son iguales, una vivienda en zona tensionada o una oferta de alquiler que sube fuerte cambia mucho las cosas.

Cómo hacer los números para ver qué conviene en tu caso

Esto es lo práctico: te toca sentarte, sumar, comparar, y decidir. Voy a guiarte para que lo hagas sin que te pierdas. Primero, define lo que pagarías si compras: entrada (15-20 % del valor de compra por ejemplo), gastos iniciales, hipoteca con tipo y plazo. Luego los costes que seguirás teniendo: comunidad, mantenimiento, impuestos. Después, define lo que pagarías si alquilas: renta mensual, subida prevista por inflación. Finalmente, calcula qué valor tendría tu vivienda en X años si compras, qué habrías pagado en total si alquilas y qué coste real tiene cada opción.

Para poner un ejemplo aproximado: imagina que compras una vivienda de 250.000 €, entras con 50.000 €, hipoteca 200.000 a tipo fijo 2,5 % a 25 años. La cuota mensual ronda los 900-950 €, más extras. Si los precios de la vivienda suben, digamos, un 5-8 % ese año y lo hacen unos años más, tu patrimonio puede crecer. Por otro lado, si alquilas esa misma vivienda por 1.100 € al mes (cifra realista en muchas zonas), pagarás en cinco años unos 66.000 € sin nada que te quede. Y eso sin tener en cuenta que la vivienda podría revalorizarse. Evidentemente cada caso cambia mucho con los números exactos y las condiciones.

Ahora, ¿qué pasa con el coste de oportunidad y la inflación? Si los precios suben un 5-8 % y el alquiler sube más o menos lo mismo, comprar permite “bloquear” ese coste y además ir ganando valor en el activo, mientras que en alquiler te vas adaptando a subidas sin quedarte con nada al final. Y considerando que los tipos pueden bajar más o estabilizarse, el coste de compra puede ser realmente atractivo.

Pero no todo es color de rosa: si solo vas a vivir allí dos o tres años, el esfuerzo de entrada, los gastos iniciales y la falta de tiempo para beneficiarte de la revalorización pueden hacer que comprar salga peor que alquilar. En esos casos la decisión lógica es alquilar y esperar.

Y tampoco olvides que el mercado de vivienda sigue con tensiones. En algunas zonas los precios están sobrevalorados entre un 1 % y un 8,5 % respecto a lo que sería un equilibrio a medio-largo plazo. Eso significa que comprar allí entraña un mayor riesgo de que la revalorización se ralentice.

Haz las cuentas, mira tu tiempo, calcula cuota, alquiler, subidas, revalorización, y decide según tus condiciones particulares.

Mi veredicto para 2025 y qué hacer ya

En mi opinión, con los datos a mano, comprar puede ser una muy buena opción en 2025 para quienes tienen previsión de estar en el mismo lugar durante al menos 5-7 años, disponen de entrada y pueden acceder a un tipo de financiación favorable. La combinación de tipos más bajos, inflación controlada y precios que aún pueden subir favorece esta vía. Por otro lado, si no tienes esos requisitos: movilidad, poca entrada, incertidumbre, entonces alquilar sigue siendo razonable y más seguro.

Una cosa que va a marcar la diferencia es cuánto te quede cada mes disponible para otros fines, más allá de vivienda. Porque tener la cuota “apretada” reduce tu margen de maniobra.

Otro punto decisivo: la calidad de la vivienda, la zona, las posibilidades de reventa o alquiler futuro, el mantenimiento. Comprar bien no solo es comprar barato, es comprar con buen criterio.

Y un último consejo: no esperes “al momento perfecto”, porque puede que no llegue. Si ves que las condiciones te permiten entrar con seguridad, con buen tipo, y tu horizonte es medio-largo, adelante. Pero hazlo con los ojos bien abiertos, con las cuentas hechas y sin ilusión vacía. Si te metes en algo que no puedes mantener, puede terminar siendo un lastre.

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