¿Hacía los supermercados cooperativos?

En las últimas semanas ha saltado a la prensa generalista la experiencia de un supermercado cooperativo en Madrid que está logrando un impacto muy interesante tanto en número de asociados, superando ya enviar y con muy buena previsión, como en modelo de gestión.

Supermercados cooperativos

Desde la perspectiva del ahorro de dinero, pero también desde la perspectiva de un consumo racional sostenible y eficaz, estamos ante un modelo muy interesante. Pero en absoluto se trata de un modelo.

Las cooperativas tradicionales

Aunque es cierto que se han reducido de manera notable (aunque aún existen) aquellos sectores que tengan una cierta edad probablemente van a recordar las cooperativas. Así, con un hombre simple, se denominaba a las tiendas o pequeños supermercados que empresas de todos los sectores potenciaban para que sus trabajadores pudieran adquirir productos a precios más competitivos que los del mercado.

Esto fue una práctica bastante extendida, que, además, de hecho, se convirtió en un modelo bastante interesante desde el punto de vista del ahorro. Sin embargo, se trataba de apéndices de las empresas, y a título cooperativo en general sólo tenían la pertenencia de los trabajadores y la exclusividad para ellos y sus familiares.

El concepto de mercado cooperativo

El concepto de mercado cooperativo no es nuevo, pero, las interpretaciones que se le está dando a este modelo si tienen novedades muy interesantes.

Si analizamos el funcionamiento en Europa de este tipo de supermercados, veremos que comienzan a estar muy extendidos en países como Francia, Austria o Alemania.

La base de su funcionamiento relativamente simple. Los cooperativistas aportan dos elementos:

  1. Por un lado, una cuota mensual, no suele ser muy elevada, en torno a 100 €
  2. Por otro lado, un compromiso de dedicación (generalmente suele corresponderse con una cantidad baja de horas al mes dedicadas a tareas en el propio supermercado) en tareas básicas, pero que, dependiendo de la experiencia, también pueden ser complejas, desde limpieza hasta organización, etc.

A cambio, el cooperativista recibe un modelo muy interesante de propuesta para la cesta de la compra. Este modelo se basa en principios de sostenibilidad y eficiencia, pero, además, ofrece un rango de producto interesante basado en la triple oferta. La triple oferta consiste en que, en la medida de lo posible, de cada producto se ofrecen tres alternativas:

  1. Una alternativa Bio
  2. Una alternativa media
  3. Una alternativa de marca de mercado

Aunque su modelo muy orientado efectivamente una compra racional que tenga en cuenta criterios de sostenibilidad, tampoco existe de manera directa una imposición de compra. Esto facilita dos cosas, por un lado, el acceso a cooperativistas tal vez no tan comprometidos en sus compras con la sostenibilidad, y, por otro lado, un entorno educacional muy interesante en esa dirección.

¿Y dónde cabe el ahorro en este modelo? En los precios. Los precios son sensiblemente más baratos que los precios de mercado, cuando no directamente son precios de coste. Esto hace que, efectivamente, para quien realiza una compra media estable el ahorro sea muy superior a la cuota mensual. Que al final, es de lo que se trata.

En nuestro país, el modelo está comenzando a funcionar de manera muy interesante en Madrid y con vocación de expansión, apuntando a un modelo muy exportable que, en países como Francia funciona muy bien desde hace años.

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