Las claves del ahorro doméstico, guía para comenzar a planificar tus finanzas personales

Solemos insistir en que el ahorro es un elemento básico para cualquier economía doméstica. Sin embargo, esta afirmación por importante y real que sea, choca de plano con otra realidad no menos palpable, la de las dificultades para llegar a fin de mes de una enorme cantidad de familias. Esto nos lleva un paso más atrás incluso que el del propio planteamiento del ahorro doméstico, en la búsqueda de la planificación y las claves para tratar de mejorar la economía doméstica.

Cómo generar Ahorro doméstico

Existen un gran número de herramientas y elementos que podemos utilizar para ayudarnos a este objetivo, pero, todas estas herramientas pasan por una serie de acciones y actitudes que necesariamente debemos tener en cuenta y que repasaremos a continuación.

Por supuesto se hace complicado una generalización que alcance a todo tipo de familia ya que, la diferencia entre las economías de los hogares es tal que una no se parece en nada a otra, y, por tanto, la cuestión principal en este asunto, que no es otra que los gastos e ingresos, no van a parecerse tampoco. Por ello vamos a tomar como referencia algunas acciones generales que, por supuesto, siempre deberán ser aplicadas de manera particular en función de la realidad de cada hogar.

Si te interesa aprender a hacer un presupuesto de tus finanzas cuando los ingresos no son fijos te lo mostramos en este post.

La planificación

Si todos los elementos son clave como veremos posteriormente, este es fundamental y por eso lo resaltamos e incluso el título resulta más grande que en el resto de claves.

Tenemos la tendencia a olvidar que si la planificación es necesaria en cualquier tipo de acción o actividad para que esta funcione, máxime cuando se trata de finanzas, en el caso de la economía doméstica es simplemente obligatoria, nunca debiéramos renunciar a una planificación exhaustiva de nuestras finanzas ya que es la base sobre la que podremos posteriormente construir y sanear nuestras cuentas.

Para ello está planificación necesitar una gran dosis de realidad, algo que no siempre nos resulta sencillo, a la hora de calcular los ingresos y los gastos reales que generamos mes tras mes. Sólo partiendo de datos reales, y no omitiendo nada, podemos sentarnos a generar una planificación en la cual todos los gastos tienen una justificación (o al menos sabemos dónde acaban) y también los ingresos siguen el mismo camino.

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El control del gasto

Esta sería sin duda la segunda gran acción a tener en cuenta tras haber llegado al equilibrio en la planificación y manejar todos los datos clave de nuestras entradas y salidas de dinero llega el momento de poner en práctica el control del gasto.

El control del gasto es probablemente, como acción, el elemento clave para mejorar nuestra economía más difícil de poner en marcha. Esto es así porque nos va a obligar seguramente a renunciar a gastos que, sin ser imprescindibles, se han incorporado en nuestras rutinas de costes en el formato denominado gastos hormiga, y que a la postre acaban sumando una carga elevada a los costes totales que mes a mes soportamos.

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ahorro hormigaEs difícil hacer un cálculo general de lo que puede suponer una economía doméstica es que tipo de gasto hormiga, ya que cada familia tendrá sus propios gastos innecesarios o poco controlados diferentes a otra familia, sin embargo, podemos decir con bastante seguridad que, para una economía doméstica que nunca se ha sometido planificación, este tipo de gastos puede suponer tranquilamente entre un 15% y un 20% del cómputo de gastos descontando los relativos a vivienda, es decir, una cantidad notable.

Aquí se impone también una buena dosis de realidad. Si pretendemos sanear nuestras cuentas va a ser inevitable controlar el gasto, y, para ello, lógicamente vamos a empezar reduciendo los gastos no prescindibles. El nivel de ajuste dependerá lógicamente de cada uno, pero, debemos pensar que de aquí, de este control de gastos, desde donde probablemente más vayamos a poder apretar y hacer surgir el dinero necesario para el ahorro.

No se trata tanto de renunciar a todas y cada una de las opciones de consumo por encima de los gastos imprescindibles, pero si ajustar las hasta que podamos obtener una cantidad determinada de dinero libre de gasto, éste será el que destinemos en principio al ahorro, pero además, esto nos va a llevar a incorporar una cultura del control y del ahorro tremendamente importante y necesaria.

Generar un colchón de gasto

Generar un colchón de gasto sería el primer destino al que debiéramos orientar ese dinero sobrante de la planificación y ajuste fino de nuestros gastos.

En general daríamos por bueno un colchón que supusiera al menos dos mensualidades completas de nuestros gastos imprescindibles, sumando aquí por supuesto alimentación, vivienda, recibos comunes, etcétera. Este debiera ser siempre el primer objetivo a la hora de sanear nuestra economía doméstica e implantar el ahorro, para ello podemos utilizar productos financieros que nos aporten liquidez en los que ir realizando las aportaciones como por ejemplo las cuentas de ahorro.

Hasta poder poseer este colchón no resulta muy recomendable apostar por opciones de riesgo para nuestro dinero. Los beneficios de este control de gasto son evidentes, nos van a permitir cubrir pequeños errores o imprevistos en nuestra contabilidad doméstica sin acudir a financiación externa, y por tanto, sin asumir y gastos ni costes por financiación.

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Amortizaciones y control de gastos anuales

En un segundo paso, y tras haber obtenido es el control del gasto al que nos referíamos en el punto anterior, resultaría muy interesante plantear el ahorro doméstico como una herramienta de, por un lado, reducción de deuda y por otro lado comienzo de ahorro a largo plazo.

El primero de los casos la reducción de deuda puede venir dada, por ejemplo por las amortizaciones parciales de la hipoteca un de los créditos este posea. Existe un debate interesante sobre si es mejor realizar amortizaciones a largo plazo en las hipotecas o buscar otro tipo de destino al dinero como por ejemplo el ahorro remunerado, en general y tal y como hoy en día se mueven los productos de ahorro, la amortización es sin duda una buena inversión y una buena recomendación.

Descontar dinero a nuestra deuda siempre es una buena inversión y por tanto, recortar el coste de intereses a medio largo plazo va implícito, con la reducción de costes que esto supone.

También es importante plantearse la amortización o reducción de los gastos anualizados, estos aun siendo menos habituales, también suponen un impacto notable a la economía doméstica cuando se asume, por ejemplo los seguros son una buena muestra de todo lo dicho en este tipo de gastos anualizados.

Buscar otras fuentes de ingreso

Obviamente esto se dice pronto pero no resulta tan sencillo. Sin embargo, una vez estabilizada la economía doméstica como planificador controlado gasto, y aplicado una política de ahorro da igual de la cantidad que sea, es un buen momento para plantearse de donde podemos obtener fuentes de ingreso alternativas que destinar a engrosar o bien nuestra cuenta de ahorro, o bien incluso el nivel de consumo.

 Hoy en día Internet ha abierto muchas puertas a esta búsqueda de fuentes de ingreso alternativas que, por muy bajas que sean siempre pueden redundar en beneficio para global de nuestras cuentas y por supuesto ayudar al ahorro doméstico.

 

 

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