Los productos de bajo coste hacen furor en esta crisis

Si hay una palabra que atrae por su propio significado en esta crisis actual esa es “Low Cost” o bajo coste.

Muchos locales publicitan su comercio o sus ofertas con esta palabra mágica por la que muchos clientes se ven atraídos a entrar al comercio.
Pero no siempre es así, solamente ofrecen precios rebajados, no siendo en sí un comercio de low cost.

Uno de los sectores que primero utilizaron este sistema es el sector aéreo, en los años 90 fue cuando se desreguló el sector aéreo, que dio paso a Rynair y EasyJet, las primeras líneas aéreas en ofrecer este servicio.

Claro que low cost, significa más barato pero no mejor, se eliminaron los servicios de catering, los intermediarios y utilizaron aeropuertos secundarios.

Pero actualmente los clientes tal vez por la necesidad o conocimiento, no creen que por ser más caro lo que adquiere tenga una calidad superior.

Como muestra del progreso del pensamiento del consumidor, una encuesta de la Escuela de Negocios y eDreams, refleja que en el 2005 un 76 % de los consumidores creía que pagando más no se obtenía una mayor calidad, ya en el 2007 esta creencia era del 93 %. En la actualidad seguramente que el porcentaje se mantiene tan alto o se ha incrementado.

Esta crisis dio lugar a nuevas empresas de bajo coste y a que empresas reconocidas implementen esta forma de comercializar.

Las marcas blancas siguen ganando cuota de mercado, ya que durante este año captaron el 35 % de las ventas y se estima que lleguen aun 40 %.

Los discount como Día y Lidl, incrementaron su facturación.

El sector de la electrónica al contrario es uno de los sectores que más sufren por la retracción en el gasto de los usuarios. Aunque como un intento de llegar a repuntar, ofrecen ordenadores de menor tamaño y a un coste de 250 euros, mientras las Netbooks siguen creciendo en sus ventas a un 40 % mensual.

El sector de la automoción por medio de Tata, la compañía India, ofrece en el mercado el coche más barato del mundo, el “Nano” que tendrá un precio de un poco más de 1.800 euros.

Uno de los que más ganancias le ha sacado a todo esto son los portales de venta de billetes, las compañías de teléfonos, las empresas de artículos de deportes, los gimnasios y los comercios de la moda.

Un claro ejemplo es Primark una firma irlandesa que tiene un gran éxito con los precios de sus prendas a un coste como máximo de unos 17 euros. En Barcelona se ubica su tienda en el Centro Comercial Diagonal Mar.

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