“Ahorro por venganza”: España adopta la tendencia de guardar más tras gastar menos

Después de años de gastar por impulso, ahora el cuerpo pide lo contrario. En España se está viendo una tendencia curiosa, pero muy real: personas que están ahorrando con ganas, casi con rabia, como si quisieran equilibrar todo lo que se fue de las manos. A esto se le llama ahorro por venganza. Y no tiene nada que ver con recortes forzados. Es algo emocional. La gente quiere guardar más porque siente que se pasó de rosca. O que, simplemente, ya no necesita tanto para estar bien.

El cambio es más profundo de lo que parece. Tras una etapa en la que todo invitaba a consumir, ahora se ha dado la vuelta. No es que no haya dinero. Lo hay. Lo que pasa es que muchos prefieren tenerlo guardado. Ya sea por tranquilidad, por controlar sus hábitos o por evitar repetir errores. Se nota especialmente en los que tienen entre 25 y 45 años. Han vivido crisis, pandemias y subidas de precios. Y ahora, cuando todo empieza a estabilizarse, deciden coger las riendas. Pero esta vez no para gastar, sino para protegerse.

Por qué cada vez más españoles se suman a este fenómeno

Los datos muestran que las familias han empezado a ahorrar más. No porque haya más ingresos, sino porque el consumo ya no es lo que era. Comprar por comprar ha perdido sentido para muchos. Se ha vuelto a una especie de consumo responsable, o selectivo. Eso de comprarse algo porque sí, sin pensarlo, ya no cuela. La mayoría compara, piensa dos veces y muchas veces acaba no comprando. Y ese dinero, en lugar de volar, se queda.

Detrás hay algo que va más allá del bolsillo. Es una necesidad de recuperar el control. Cuando uno siente que ha estado gastando sin rumbo, aparece la culpa. Y con ella, el deseo de compensar. Por eso este ahorro tiene un matiz distinto. No es el típico “voy a ahorrar porque no llego a fin de mes”, sino más bien un “voy a ahorrar porque no quiero volver a sentirme así”.

También hay un factor psicológico clave: tener dinero guardado tranquiliza. Saber que hay un colchón por si pasa algo da libertad. Incluso si no se toca. Simplemente saber que está ahí. Por eso muchos están limitando sus salidas, reduciendo compras y pensando más en el futuro. No por miedo, sino por decisión propia.

Y cuidado, porque esto no significa vivir con lo justo. El ahorro por venganza no va de privarse. Va de ordenar. De elegir. De dejar de regalar el dinero en cosas que no aportan. Algunos siguen saliendo, viajando o dándose caprichos, pero con otra mentalidad. Ya no todo vale. Lo que no suma, se queda fuera.

Cómo aprovechar esta tendencia sin agobiarse

Si sientes que has gastado más de la cuenta estos últimos años y te identificas con esto, es buen momento para poner en práctica el ahorro por venganza a tu manera. Sin obsesiones. Sin fórmulas mágicas. Pero con un mínimo de intención.

  1. Revisa en qué se te va el dinero sin darte cuenta: puede ser en cosas pequeñas, pero que suman. Suscripciones, comidas fuera, compras impulsivas.
  2. Ponte un objetivo que te motive: un viaje, un fondo para emergencias o simplemente llegar más tranquilo a final de mes.
  3. Decide cuánto puedes guardar cada mes sin sufrir: no hace falta que sea una gran cantidad. Lo importante es la constancia.
  4. Elige bien dónde lo guardas: si lo dejas en una cuenta sin rendimiento, se te escapa por la inflación. Mira cuentas remuneradas o fondos conservadores que te den algo más.

No se trata de convertirte en un gurú del dinero. Se trata de entender que ahorrar también es una forma de cuidarte. De evitar volver a sentirte mal por no haber sabido decir “basta”. Y de poder permitirte, cuando llegue el momento, ese gasto que sí merece la pena.

Lo bueno del ahorro por venganza es que no nace del miedo, sino del aprendizaje. Has visto lo que pasa cuando te pasas. Y ahora te prometes a ti mismo que no va a volver a ocurrir. No desde el castigo, sino desde la madurez. Desde saber que puedes estar bien sin tener que demostrar nada con tus compras.

Lo que puede empezar siendo una reacción, acaba muchas veces convirtiéndose en hábito. Porque cuando ves crecer ese pequeño colchón, cuando notas que llegas más desahogado a fin de mes o que puedes permitirte un capricho sin culpa, entiendes que esto no es una moda. Es una forma de vivir con más cabeza. Con más calma. Y también con más libertad.

Conclusiones para quien quiera guardar con sentido

El ahorro por venganza ha llegado para quedarse. No es una tendencia pasajera. Es el reflejo de una sociedad que ha vivido demasiado en el “ahora” y que empieza a valorar el “después”. No hace falta ser perfecto, ni recortar en todo. Solo hace falta mirar de frente los errores, aprender de ellos y empezar a tomar decisiones distintas.

Si tú también sientes que necesitas parar, guardar y volver a empezar desde otro sitio, este puede ser tu momento. Ahorrar no es renunciar. Es elegir con más criterio. Cuando lo haces por ti, no por obligación, el camino se vuelve mucho más llevadero.

Publicidad