La vuelta al cole: ahorrar también es posible

La Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) acaba de publicar un informe que cifra en 825 euros el coste de la vuelta al colegio este año. El importe varía dependiendo del tipo de colegio y de comunidad, pero puede llegar a superar los 1.000 euros. Es cierto que no hay que escatimar gastos en la educación de los hijos, aunque esto no implica que no se pueda recudir la factura escolar sin renunciar a la calidad en la enseñanza.

La previsión es una de las claves para ahorrar en la vuelta al cole. Encargar de antemano los libros puede suponer un ahorro de hasta un 5% y lo mismo ocurre en el caso de los uniformes. Además, así hay mucha mayor oferta disponible, porque comparar precios es fundamental en estos casos. Agosto es el mes ideal para comenzar esta búsqueda. Del mismo modo, tampoco es necesario comprar todo el material de una vez. Las arcas familiares agradecerán que se planifique cuándo necesitará el niño cada artículo para que los desembolsos sean progresivos. Así, por ejemplo, se puede evitar tener que pedir un crédito.

En términos generales, libros y uniforme (en caso de ser necesario) son los productos más caros con diferencia, seguidos del resto de material escolar (lápices, cuadernos, mochila…). En el primero de los casos existen varias formas de aligerar la factura. La primera pasa por solicitar las ayudas que las Comunidades Autónomas y el Estado ofrecen para la compra de libros a través de los cheques y bono libro. En realidad se trata de una ayuda de un máximo de 100 euros en la mayoría de los casos, aunque la cuantía aumenta en función de la situación familiar.

Las grandes superficies y macrolibrerías suelen ser el lugar más visitado para encargar o buscar los libros de texto cuando en realidad las pequeñas tiendas son las que más descuentos ofrecen. Eso sí, suele ser necesario pedir el material con antelación.

También son muchas las familias que optan por acudir al mercado de segunda mano o a pasar los libros de un hijo a otro. Requiere invertir bastante tiempo en buscar y comparar precios, pero compensa en términos económicos. Además, esos mismos libros se pueden vender al finalizar el curso, sólo es necesario enseñar a los niños cómo deben tratarlos.

El uniforme es otro de los grandes generadores de gastos, aunque muchas madres agradecen su existencia, ya que limita la cantidad y tipo de ropa que necesita un niño. No siempre hay que acudir a la tienda oficial y en ocasiones se pueden buscar prendas sustitutivas. Comprar la ropa un poco más grande de lo necesario puede servir para no tener que adquirir un nuevo pantalón (por ejemplo) a mitad de año. Donde no se puede ahorrar tanto es en el calzado. Un zapato muy pequeño impedirá el desarrollo del pie, pero si es demasiado grande puede provocar otros vicios al andar.

Lápices, bolígrafos, mochila, estuche…. Este material escolar se puede ir adquiriendo paulatinamente. La clave del ahorro aquí está en la reutilización de algunos artículos (especialmente la mochila y el estuche). La opción más económica pasa por comprar bolígrafos, lápices, gomas y cuadernos en grandes cantidades a través de packs con descuento (habituales en supermercados y grandes librerías). Eso sí, esta fórmula sólo es útil para quienes después saben gestionar el material, ya que si no pude multiplicar el gasto y el consumo.

En cualquier caso, también hay que huir de las marcas, que pueden encarecer hasta un 20% la factura escolar, como ocurre en muchos otros sectores.

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