¿Aprender a ahorrar?: ten esto en cuenta

El verdadero secreto para conseguir ahorrar reside en implantar el hábito del ahorro. Sin embargo, el hábito del ahorro no es tan sencillo instalar cuando no se han realizado una serie de pasos previos que son necesarios en todos los casos.

ahorrar

El primer paso, el fundamental, es tomar conciencia de la importancia del ahorro. Si no se tiene conciencia de la importancia que va a tener a lo largo de tu vida fomentar el hábito del ahorro, no se conseguirá jamás ahorrar, y siempre se verá el ahorro como una acción molesta, incomoda y que impide el consumo.

Si, por el contrario, se llega a la conclusión de que ahorrar es necesario tanto a corto, como a medio y largo plazo, hay una serie de pasos previos que siempre deberías dar:

Analizar tu economía personal

Este siempre es el primer paso previo a cualquier acción en tus finanzas personales, más aún si se trata de ahorrar.

En el fondo se debe proceder como si estuviéramos realizando una auditoría a nuestras cuentas. Para ello no sólo debemos centrarnos en el equilibrio entre gasto ingreso, sino también analizar a fondo nuestras deudas, ingresos irregulares, etcétera.

También, y es importante para una primera fase de ahorro, debemos contemplar posibles imprevistos y las necesidades económicas que de ellos se puedan derivar.

Con esta acción vamos a poder determinar cuál es la realidad de nuestra economía y, de este modo, tomar decisiones basadas en la realidad y no en suposiciones.

Revisar de manera exhaustiva tus gastos y tu comportamiento frente al consumo

Es una prolongación de lo anterior. Todo el mundo tiene una tendencia bastante pronunciada minimizar los gastos o, en el mejor de los casos, a obviar alguna parte de ellos como los denominados gastos hormiga.

Si queremos fomentar el hábito del ahorro de manera adecuada es vital que sepamos previamente localizar de manera clara nuestros gastos.

Una buena forma de hacer esto es crear una lista de gastos que se separa por jerarquías, en la que en primer lugar se colocan los gastos imprescindibles, en segundo lugar, gastos habituales que pueden ser revisados, y en tercer lugar los gastos evitables o directamente mejorables.

Elaborar un presupuesto

Este es otro punto clave si quieres ahorrar de manera adecuada. Crear un presupuesto para la gestión de tu economía es algo básico que debería estar presente en todas las economías domésticas.

Realmente el proceso no es complejo si hemos seguido los dos pasos anteriores. En el presupuesto vamos a considerar los ingresos y los gastos, y, a la vez, se va a convertir en el motor sobre el que vamos a tomar decisiones.

Ten en cuenta que, una vez establezcas el presupuesto, asignando gastos y controlando el dinero, debes atenerte a él de manera férrea. Es un elemento de control fundamental no solo para tu día a día, sino también para el destino futuro de tu dinero.

Elegir la forma y la cantidad de ahorro

Existen innumerables fórmulas para el ahorro y teorías sobre lo que es necesario ahorrar. Aunque no le damos el valor de alguna de ellas, lo cierto es que cada persona tiene que adaptarse realmente a sus necesidades, y, a sus posibilidades.

Y esto debe hacerse por encima de cualquier teoría o plan.

A partir de lo anterior el esfuerzo debe fijarse en tratar de ahorrar lo máximo posible sin perjudicar en exceso la calidad de vida y el poder adquisitivo. Un buen ahorro puede comenzar a partir del 10% de los ingresos brutos.

Desde luego esto no es un dogma, es preferible ahorrar de manera sistemática un 5% de tus ingresos brutos, pero comenzar a ahorrar cuanto antes, a desechar esa cantidad por bajar y no ahorrar.

Tener objetivos siempre

Este sería el quinto punto irrenunciable para comenzar a imponer el hábito del ahorro en nuestras finanzas. Una vez en marcha el ahorro resulta básico marcarse objetivos.

Como comentábamos al principio del artículo, uno de los principales enemigos del ahorro es la falta de visualización inmediata de los objetivos. La sensación de guardar dinero para nada, más aún en tiempos de rentabilidad baja, no es nada buena amiga del ahorro.

Para eliminar esa sensación, y a la vez para racionalizar el ahorro, es importante comenzar a visualizar objetivos prácticamente desde el primer momento en que comienzas ahorrar.

Los objetivos iniciales no deben ser muy ambiciosos. Por ejemplo, si no lo tienes, deberías tratar de crear un fondo de emergencia equivalente a tres meses de tus ingresos.

Una vez logrado este objetivo puedes comenzar a tratar de cumplir otros, por ejemplo, destinar una parte al ahorro para la jubilación, otra parte al ahorro con objetivos claros como puede ser un cambio de vehículo, la Universidad de tus hijos, etcétera.

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