Cuando a millones de familias se les hace realmente difícil llegar a fin de mes en equilibrio entre sus gastos e ingresos parece difícil el hecho de plantearse el ahorro. Sin embargo, aunque sólo sea por introducir en la economía doméstica una planificación al detalle, por poco que sea resulta muy recomendable. Pero ¿cuánto de nuestro sueldo debieran destinarse al ahorro?
La tasa de ahorro familiar en nuestro país, que mediado el pasado año 2013 rozó mínimos históricos, nuestra buena medida de la dificultad con la que las economías domésticas se enfrentan a la hora de ahorrar. Pero esta realidad no debe chocar con las virtudes de aplicar buenos hábitos económicos en las economías familiares, entre los que se incluye el ahorro por pequeño que éste sea.
Los enemigos del ahorro
Obviamente factores como la reducción de los salarios, el aumento del coste de vida y la bajada del poder adquisitivo, son enemigos feroces del ahorro familiar.
Equilibrar los gastos con los ingresos en el paisaje que hemos citado en el párrafo anterior es un verdadero ejercicio de economía aplicada, en el que siempre parece que nuestros ingresos nunca van a resultar suficientes o en el mejor de los casos muy justos, y sin embargo, todos los analistas coinciden en la necesidad de comenzar a ahorrar en cuanto se pueda. Ante esta afirmación las preguntas son simples ¿Cuánto y cómo ahorro?
¿Cuánto ahorro?
Se da por aceptado que una horquilla de ahorro entre el 5% y el 15% de los ingresos. Desde luego esto no es aplicable a todas las economías domésticas, el pasado año 2013 se cerró con una media de ahorro familiar ligeramente superior al 10% en el conjunto del año, pero esta medida no hace sino reflejar las grandes diferencias entre quienes pueden destinar más allá de ese 15% y quienes lo hacen apenas por encima del 5%.
En general y como punto de partida, cuando no se tiene el hábito de ahorrar o cuando resulta complejo hacerlo marcar un 5% de ahorro como principio parece razonable, pensando siempre en positivo en dirección a un aumento futuro.
¿Cómo ahorro?
Esta pregunta resulta más compleja aún si cabe. Probablemente para aquellas economías con mayor dificultad para ahorrar lo adecuado sería el del preahorro, es decir, descontar automáticamente de los ingresos según estos llegan un porcentaje destinado a un producto de ahorro. Este sistema basado en no cuento con lo que no tengo descontaría de manera automática por ejemplo ese 5% al que nos referíamos no contando con esa cantidad para otros fines.
En cuanto a los productos, y teniendo en cuenta el equilibrio entre rendimiento y liquidez, como producto de inicio las cuentas remuneradas pueden ser las más indicadas. Es cierto que actualmente su rentabilidad es baja, pero difícilmente encontraremos en el mercado otros productos que nos proporcione desequilibrio entre rentabilidad y liquidez tan necesario en la mayoría de hogares.
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¿¿Ahorro?? Pero si podemos considerarnos ‘afortunados’ los que llegamos a duras penas a mitad de mes con los sueldos miserables que tenemos.